Alpha et Omega


Este es nuestro Camposanto,
Nunca me había fijado en sus inscripciones, en esas dos letras griegas que custodian su entrada: Alpha et Omega.

¿Sabéis qué significan? 

“El principio y el fin de las cosas” Así se denomina a Dios en el alfabeto griego.

Me ha parecido fascinante. Ya aparece en el Apocalipsis 21,6 y 22, 13.
“Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último”

Como lo inasible, lo imprecisable, lo imprevisible.

La de cosas que nos pasan desapercibidas y la de cosas que entrañan, orígenes de nuestra cotidianidad que damos por asentadas.

Una vieja leyenda me contaron acerca de esta fachada, de su entrada, de sus letras, de su anochecer… desde mucho antes de la guerra civil, desde mucho antes de la gripe, desde mucho antes de…

Me gusta preguntar, indagar y son muchas las historias que se cuentan… Como la de aquel viejo monje… aquella sombra que calzaba un hábito sin pies… desde aquellos gritos de libertad, hasta aquellos ruidos, estruendos sordos, insonoros de disparos imprecisos que suenan cuando el silencio hace bailar los álamos con el silbido del viento… de madrugada, al amanecer.



Cuenta la leyenda que fue un lugar mágico…
Quizá la magia esté en quienes escuchamos la leyenda y nos seguimos maravillando de la rica historia de este pueblo y lugar, las ojipláticas caras que hasta los vellos se erizan al pasar por este lugar y pararse a imaginar… Lugar de descanso y reposo, lugar mágico ideal para reposar.

Quiero creer que hay algo más allá…

Y Tú, ¿te atreves a atravesar el Alpha et Omega?
¿Te atreves a ver y escuchar?
iMagina…



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