La solución está en tu mano.

Os voy a proponer un ejercicio que diseñé y suelo llevar a cabo con mi clientela para cambiar determinadas actitudes, para hacer una metacognición del propio pensamiento, para ser conscientes de qué pensamos y cómo lo pensamos, para ver las cosas de forma diferente, para dejar de ver sólo lo negativo, para que esa toxicidad, tanto externa como interna, no se adhiera a tu locus de control; para evitar el autosabotaje, para evitar sabotear, para no cansarte ni cansar a los demás con tu pesimismo negativo, para mejorar tu autoestima desde tu propia voz interior, para llamarte y hablarte cambiando tus objetivos… tan necesario hoy en tiempo coronavíricos.
All you ready?

Sí… de vuestra mano. La técnica la llamo “La solución está en tu mano” y la ideé para un cliente qué sinceramente lo tenía todo en contra y este ejercicio le hizo ver qué todo dependía de ella, y su expresión fue… “la solución estaba en mi mano” Siempre la estuvo. 

¿Te atreves?

 Y os preguntáis… ¿qué te ha aportado? ¿Qué te ha impedido? 
Y con cada número además os preguntáis por qué…


1-    ¿por qué? Y si fuera al revés? ¿Cuál sería la parte positiva? ¿Cuál sería tu fortaleza?
2-    Por qué? Y si fuera al revés? ¿Cuál sería la parte positiva?
3-    … ¿Qué he aprendido? ¿Qué me ha hecho ver?

¿Cuánto tiempo habéis perdido en hacerlo? Menos, mucho menos, que si no anotáis en la mano el pensamiento negativo, porque habréis tomado consciencia, un aquí y ahora, y al anotarlo, habéis pasado página, a otra cosa… de lo contrario, estaríais todavía en modo bucle con la chapa negativa, ¿Verdad qué sí? 

 Vas a averiguar tu modo de pensar, cómo te saboteas, cómo te atienes a un pensamiento de grupo, cómo no te diferencias, cómo merma tu estado de ánimo, cómo apaga tu sonrisa y el brillo de tus ojos, cómo alejas a los demás, cómo no consigues lo que te propones…


¿Cuál ha sido el último número que te has escrito?


iMagina…

Comentarios

Suscríbete