Pequeños Detalles, Leche y Galletas


Es como la historia real de aquel pequeño que pedía dinero para su familia por las casas.

 Un día el niño estaba casi desfallecido, exhausto, porque apenas comía y tenía fuerza, pues todo el dinero lo invertían en medicinas para su madre y llamó a casa de una mujer que le preguntó: 
-¿para qué necesitas el dinero?

-Para las medicinas de mi mamá, respondió.

Entonces la mujer le dijo que no tenía dinero, que también estaba enferma pero sí le podía dar un vaso de leche y unas galletas que acaba de hacer.

Aquel niño, bebió la leche y se comió las galletas con una sonrisa de agradecimiento, se estaba dando un buen festín porque llevaba días sin probar bocado. Le encantaron las galletas recién hechas.

Al día siguiente volvió a visitar a la mujer, aunque él nunca solía repetir las casas al pedir dinero, porque le parecía un abuso. Pero a aquella casa volvíó  porque quería saber cómo estaba la mujer.
 Pero al día siguiente aquella mujer, tuvo que dejar su casa.

 Averiguó que se llamaba Luz García. Jamás olvidaría su nombre, porque el día de la leche y las galletas estuvo a punto de desfallecer y morir.

Con el paso del tiempo, este niño se esforzó y estudió, siempre recordando a su madre y a Luz. Y quería curar a las personas, curarlas a ellas, salvar vidas.

Un día, realizando su ronda, pasó por urgencias y escuchó cómo dos médicos discutían si operaban a una anciana llamada Luz, porque no tenía dinero y no iba a poder pagar la intervención. Entonces enseguida se preocupó y fue a hablar con los médicos, no entraban en razón, así que la operó él.

Al día siguiente, la anciana despertó mientras el médico le tomaba la tensión. 

-Buenos días Doctor, Gracias por salvarme la vida… pero no puedo pagarlo ¿qué puedo hacer?
-No se preocupe, ya lo pagó usted. Respondió el médico.
-¿Cómo lo pagué? no tengo dinero.

-La intervención costaba un vaso de leche y unas galletas, y ya lo pagó usted hace 20 años.
La mujer lloraba mientras trataba de ver en la cara del médico a aquel joven que ayudó tiempo atrás.

Como siempre digo y hablo de la teoría del caos, que asevera que el aleteo de una mariposa en Pekín, puede levantar un huracán en Nueva York, pues un pequeño gesto, una pequeña atención a alguien, un saludo, una sonrisa, un ¿qué tal estás? puede llegar a ayudarlo a empujarlo, a impulsarlo a realizar su sueño, a que ese día sea especial.
En los pequeños detalles se encuentran grandes personas.

Revisa tus pequeños detalles, hazlos conscientes y te darás cuenta de la gran persona que eres.

iMagina...

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