Los pequeños detalles, esos en los que por insignificantes apenas nos detenemos, pueden llegar a ser la clave que separa el éxito del fracaso.
Su cuidado puede proporcionarte un puesto de trabajo, mejorar tu iMagen, mejorar tus ventas en tu establecimiento, mejorar tus relaciones personales, mejorar tu vida...
En el contexto actual de la búsqueda incesante de talento para marcar la diferencia en un negocio, en emprender, en la vida en general, convertirte en vaca púrpura a veces es tan sencillo como diferenciarte en el cuidado de los pequeños detalles:
Un sonrisa ante un cliente, un buenos días, mirar a los ojos a la persona con la que hablas, prestarle plena atención. Tener muy clara tu idea de negocio y saber expresarla en una frase clara, sencilla y reflexiva.
Pequeños detalles, que sí, conllevan mucho tiempo de entrenamiento, de elaboración, introspección, de perseverancia, de persistencia y de mucho, mucho esfuerzo.
¿Dónde quedó la cultura del esfuerzo?
En el esfuerzo, en creer en lo que se quiere conseguir y dedicarte a ello, está la clave que separa tu situación actual de la esperada.
Esforzarte y ser recompensado en el tiempo, también da la felicidad. Como dice Eduardo Punset:
"la felicidad se encuentra en la sala de espera de la felicidad".
Y si en vez de esperar, actúas y te esfuerzas en conseguirlo serás feliz mientras lo haces!
Así que el esfuerzo se verá recompensado día a día.
Cuida tus pequeños detalles, pues éstos son los que nos hacen GRANDES!
Empieza tu espera!
iMagina...
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